El dolor durante las relaciones sexuales no tiene que ser una experiencia que te limite. Con el tratamiento profesional correcto puedes superar el problema.
Las relaciones sexuales son una parte fundamental de la vida de muchas personas. Contribuyen a la intimidad, al placer y a la conexión emocional. Sin embargo, sentir dolor durante el sexo puede ser una realidad frustrante.
Dispareunia es el nombre técnico para este dolor. Se trata de una experiencia relativamente frecuente, que afecta a millones en todo el mundo, sobre todo, a mujeres.
En este artículo quiero contarles las causas más comunes de dolor durante las relaciones sexuales. A su vez, les voy a compartir estrategias y tratamientos disponibles para abordar el problema.
¿Cuáles son las causas físicas del dolor en el sexo?
La dispareunia puede ser superficial o profunda. En la primera se siente la molestia en la entrada de la vagina o en los genitales externos (pene o vulva). La segunda se origina en el interior de la pelvis o en la parte baja del abdomen y puede percibirse en la zona del fondo vaginal o el cuello uterino.
Existen múltiples causas físicas de dolor durante las relaciones sexuales. En las mujeres, las más importantes son las siguientes:
- Sequedad vaginal: puede suceder a cualquier edad, pues depende de múltiples factores. Sin embargo, hay etapas en donde tiene mayor incidencia, como la menopausia, la posmenopausia, la lactancia materna y el puerperio. También puede ser el efecto secundario de medicamentos y de algunos anticonceptivos hormonales.
- Endometriosis: es el crecimiento anormal del tejido endometrial fuera de la capa interna del útero. Se pueden localizar nódulos en la vagina, la vejiga, el recto o la pelvis.
- Vaginismo: la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina, impidiendo la penetración.
- Infecciones vaginales o de transmisión sexual: pueden causar inflamación, irritación y dolor.
- Tumores y quistes: miomas, pólipos cervicales, adenomiosis, quistes de ovario.
- Bartolinitis: inflamación de las glándulas de Bartolino.
En los hombres, podemos mencionar a las siguientes:
- Frenillo corto: dificulta la retracción del prepucio.
- Prostatitis: es la inflamación de la próstata, que puede producir dolor durante la eyaculación.
- Fimosis y parafimosis: estrecheces del prepucio que dificultan la retracción completa sobre el glande o que lo atrapan.
- Enfermedad de Peyronie: es el desarrollo de tejido cicatricial dentro del pene, lo que deriva en curvatura del miembro y dolor durante las erecciones.
Causas psicológicas de la dispareunia
Recordemos que somos un todo y que el cuerpo responde a los problemas psicoemocionales. Por lo tanto, determinadas situaciones influirán en las relaciones sexuales:
- Baja autoestima.
- Falta de deseo o baja libido.
- Sufrir ansiedad o depresión.
- Antecedentes de abuso sexual.
- Tener dificultades con la pareja.
- Atravesar épocas de mayor estrés.
- Miedo a las relaciones, a un embarazo o a contraer infecciones.
¿Debo consultar a un profesional si tengo dolor durante las relaciones sexuales?
Hay señales que debes considerar para programar una consulta médica. Por ejemplo, si el dolor durante el sexo es regular y no apareció solo una vez, sino que se repitió. También si la experiencia dolorosa interfiere con tu vida sexual y emocional.
Además, hay síntomas asociados que indican mayor gravedad. Para las mujeres, el flujo vaginal inusual y el ardor al orinar son señales de alarma, así como el dolor pélvico o menstrual. En los hombres, lo son la secreción de pus por la uretra, la eyaculación con sangre y el sangrado del frenillo del pene.
En ambos sexos, la aparición de lesiones en los genitales debe elevar la sospecha de una infección de transmisión sexual.
Una vez que concretes la consulta médica, el profesional realizará un examen físico. Para las mujeres será una revisión ginecológica y en los hombres se preferirá una revisión urológica.
La solicitud de métodos complementarios quedará a criterio del médico. A veces, se necesitan citologías vaginales, colposcopias y ultrasonidos, mientras que en otras ocasiones se opta por pruebas de laboratorio para la búsqueda de infecciones activas.
El profesional que te atienda en primera instancia puede sugerir una consulta de sexología para un mejor abordaje. También te puede recomendar una evaluación psicológica si la dispareunia se asocia a causas emocionales.
¿Cuál es el tratamiento para la dispareunia?
Iniciar un tratamiento para dejar de sufrir dolor durante las relaciones sexuales es clave si quieres mejorar tu calidad de vida. Hay muchas opciones, como las siguientes:
- Probar con tutores, dilatadores y juguetes sexuales.
- Tomar antibióticos o antimicóticos si se confirma una infección.
- Acudir a sesiones de fisioterapia pélvica para mejorar la flexibilidad.
- Usar lubricantes a base de agua o de silicona, aptos para preservativos.
- Operar los casos de endometriosis, miomas severos, frenillo corto o fimosis.
- Seguir un plan de terapia hormonal en la perimenopausia o la posmenopausia.
- Programar sesiones de terapia psicológica y sexológica para los problemas emocionales.
A su vez, hay consejos que puedes aplicar para mejorar tu experiencia y aumentar el bienestar:
- Practica técnicas de relajación, como la respiración profunda.
- Ten en cuenta la constipación. Cuando sufres estreñimiento, es más probable que sientas dolor durante el sexo.
- Investiga sobre tu problemática. Busca artículos o recursos en línea sobre dispareunia para orientarte mejor y ganar tranquilidad.
- Experimenta con diferentes posiciones sexuales para encontrar la que te resulte más cómoda. Registra si el dolor es peor en alguna pose o no.
- Habla abiertamente con tu pareja sobre el dolor que sientes y las preocupaciones que te genera. Expresa tus sentimientos de manera honesta y clara, de modo que el otro entienda que el dolor no es un rechazo, sino un problema. Es bueno usar frases en primera persona, como «estuve experimentando dolor durante el sexo y me preocupa».
Cuando hay dolor, no hay placer
Si experimentas dolor durante las relaciones sexuales, no debes tomarlo como algo normal. Buscar una solución es necesario para mejorar tu calidad de vida.
La participación y el apoyo de tu pareja es esencial. Asegúrate de que ambos comprendan las posibles causas y discutan soluciones que puedan aplicar. Visiten juntos al médico, usen lubricantes, prueben diferentes posiciones y participen en sesiones de terapia si hay circunstancias emocionales a resolver.
El dolor durante el sexo es una situación desafiante. Abordarlo y no subestimarlo mejora la intimidad y el bienestar. La buena noticia es que hay múltiples recursos y profesionales capacitados para ayudarte en el proceso.